Éxito en el extranjero, ansiedad en silencio: el costo emocional de "triunfar" fuera de México
- 3 jul
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Actualizado: hace 6 días
Desde fuera, parece que todo marcha bien. Lograste estudiar en el extranjero, conseguiste una beca, un trabajo internacional, una pareja de otro país. Eres el orgullo de tu familia, un ejemplo de “mexicano exitoso en el mundo”. Pero adentro… algo no se siente tan bien.
Este es un tema que pocas veces nombramos: el costo emocional del éxito migrante. Y no es que estemos “malagradecidos” ni queramos romantizar el sufrimiento. Es que el dolor también existe en medio de los logros, y cuando lo ignoramos, se convierte en ansiedad, insomnio, desconexión o un agotamiento que no se va ni con vacaciones.

💬 ¿Por qué nos cuesta hablar de esto?
Muchos mexicanos que emigran lo hacen con una gran carga de expectativa. “Échale ganas”, “aprovecha la oportunidad”, “demuestra que sí se puede”. La presión es real. Nos enseñaron que ser fuerte es no quejarse. Que si estás en Europa o en otro país, “ya la hiciste”, y no tienes derecho a sentirte mal.
Pero el cuerpo y la mente no entienden de discursos sociales. Cuando nuestras emociones no encuentran espacio para ser sentidas, se manifiestan de otras formas. En la consulta psicológica lo vemos claro: personas brillantes que se sienten profundamente solas. Profesionales exitosos que dudan todo el tiempo de su valor. Mexicanas talentosas que cargan con la culpa de estar lejos, incluso cuando todo va “bien”.
El éxito sin conexión duele
Muchos de los logros que alcanzamos como migrantes vienen acompañados de duelos silenciosos: dejar el país, la familia, el idioma, las formas de ser que nos hacían sentir parte. A veces, entre tanto hacer, se nos olvida sentir. Nos desconectamos de nuestra red, de nuestras emociones… y de nosotros mismos.
Este no es un artículo para victimizar, sino para normalizar una experiencia humana compleja. Migrar transforma. Crecer en otro país es una hazaña. Pero también es válido decir: me siento perdida o perdido, me duele no tener con quién compartir esto, me pesa siempre tener que ser “la o el fuerte”.
🛠️ ¿Qué podemos hacer?
Haz una pausa. Pregúntate cómo te sientes, más allá de lo que haces.
Construye red. Habla con otras personas que viven lo mismo; no estás sola/o.
Dale espacio a tu historia emocional. No todo se mide en logros.
Pide ayuda profesional si lo necesitas. Cuidar tu mente es también parte del éxito.
Para cerrar…
A veces, lo más difícil no es llegar lejos, sino sostenerse ahí sin perderse. Está bien no estar bien, incluso cuando parece que todo va bien. Ser vulnerable no le quita valor a lo que has logrado: le da profundidad.
“A veces, lo más difícil no es llegar lejos, sino sostenerse ahí sin perderse.”
Ojalá entendamos que cuidarnos no es un lujo, sino lo que nos permite seguir creciendo.
En mi trabajo en NutriMind, acompaño a personas que han logrado mucho en el extranjero, pero sienten que algo se rompió adentro en el camino.
Lo veo una y otra vez: no basta con que todo luzca perfecto si internamente hay desconexión, presión o soledad.
Si algo de esto te resuena, recuerda que no tienes que cargarlo sola o solo.
Tu bienestar también merece espacio en la vida que estás construyendo.
Sobre la autora

Armandina Ramírez es psicóloga mexicana especializada en salud mental para migrantes y expatriados, y fundadora de NutriMind, un espacio dedicado a acompañar procesos de adaptación cultural, identidad y bienestar emocional entre culturas. Desde Ámsterdam, apoya a personas que viven el desafío de migrar a Europa o a otros países, ayudándolas a gestionar el duelo, la nostalgia y la presión que muchas veces se experimentan en silencio.
Actualmente, se desempeña como secretaria de la Red de Talentos Mexicanos en los Países Bajos, donde impulsa iniciativas enfocadas en el cuidado emocional de la comunidad mexicana en el extranjero. Su trabajo se centra en crear espacios cálidos y reflexivos donde hablar abiertamente sobre la experiencia emocional de migrar y crecer en un entorno diferente.
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